El sistema ferroviario que conecta Cusco con Machu Picchu es vital para el turismo en Perú, ya que ofrece una de las formas más accesibles y pintorescas de llegar a la icónica ciudadela inca. Desde Cusco, los visitantes pueden tomar un tren hacia Aguas Calientes, el pueblo base de Machu Picchu, disfrutando de paisajes impresionantes a lo largo del trayecto.
Las empresas más reconocidas que operan en esta ruta son PeruRail y Inca Rail, ambas proporcionando diferentes tipos de servicios, desde vagones económicos hasta lujosos. El viaje dura aproximadamente 3 a 4 horas, dependiendo del servicio elegido, y ofrece vistas espectaculares de montañas, ríos y vegetación exuberante.
Es recomendable reservar los boletos con anticipación, especialmente durante la temporada alta de turismo, que va de mayo a octubre. Además, los precios pueden variar considerablemente, así que comparar opciones es una buena idea.
Al llegar a Aguas Calientes, los turistas pueden explorar el pueblo, donde hay tiendas de souvenirs, restaurantes y spas. Desde allí, el acceso a Machu Picchu puede hacerse a pie o en autobús, lo que permite a los visitantes disfrutar de una experiencia completa.
La importancia del sistema ferroviario no solo radica en su funcionalidad, sino también en su contribución a la economía local, generando empleo y promoviendo el desarrollo sostenible. El tren es una parte integral de la experiencia cultural en Perú, ya que muchos viajeros se sienten conectados con la historia y la belleza natural del país.
Para quienes buscan una experiencia única, algunas opciones de tren incluyen servicios con cena a bordo o vagones panorámicos que permiten disfrutar del paisaje de manera más intensa. No olvide llevar su cámara, ya que las vistas son verdaderamente espectaculares y dignas de ser capturadas.
Finalmente, siempre es aconsejable llevar ropa cómoda y adecuada para el clima, así como agua y snacks, ya que el viaje puede ser largo y las vistas lo mantendrán ocupado.