Machu Picchu es un destino mágico que atrae a miles de turistas cada año, y el clima es un factor crucial para disfrutar de esta maravilla. La zona presenta un clima templado, influenciado por su ubicación en la vertiente oriental de los Andes y su proximidad a la selva amazónica.
Durante el día, las temperaturas oscilan entre los 20°C y 25°C, lo que permite a los visitantes explorar las ruinas sin demasiado calor. Sin embargo, por las mañanas, es común encontrar una neblina que se disipa con el avance del sol, ofreciendo vistas espectaculares a medida que se despeja el horizonte.
El clima en Machu Picchu se divide en dos estaciones principales: la sequia y la temporada de lluvias. La temporada seca va de mayo a octubre, siendo el mejor momento para visitar, ya que las lluvias son mínimas y las temperaturas son agradables. Por otro lado, de noviembre a abril, las lluvias son más frecuentes, especialmente en enero y febrero, lo que puede afectar el acceso a algunas áreas del sitio.
A pesar de las lluvias, la vegetación es exuberante y el paisaje es impresionante. Es recomendable llevar ropa ligera, pero también una chaqueta impermeable o poncho, ya que la lluvia puede ser repentina. Los zapatos cómodos son imprescindibles para caminar por los senderos irregulares de las ruinas.
Los mejores meses para visitar son de mayo a septiembre, cuando el clima es más estable. Sin embargo, es fundamental reservar con antelación, ya que estos meses son los más concurridos. Además, los guías turísticos locales pueden ofrecerte una perspectiva más rica sobre la historia y la cultura de Machu Picchu.
Finalmente, recuerda que la altitud puede afectar a algunos visitantes. Es aconsejable aclimatarse en Cusco antes de subir a Machu Picchu. Esto te permitirá disfrutar de tu visita sin problemas de salud.
