Después de un día agotador de caminatas en Machu Picchu o en la hermosa región del Valle Sagrado, muchas personas buscan una forma de relajarse y rejuvenecer. Las aguas termales locales son una excelente opción para disfrutar de un merecido descanso. Uno de los destinos más populares es Aguas Calientes, el pueblo cercano a Machu Picchu, donde encontrarás las Termas de Aguas Calientes.
Estas aguas termales se alimentan de manantiales naturales y ofrecen una experiencia única rodeada de impresionantes vistas de la montaña. Las piscinas están a diferentes temperaturas, lo que te permite elegir la que más te convenga. Además, el ambiente relajante está diseñado para ayudarte a liberar el estrés acumulado tras una jornada de trekking.
Si decides visitar las termas, te aconsejo que lleves tu traje de baño y una toalla, ya que no se proporcionan. La entrada suele ser asequible, y puedes disfrutar de las instalaciones durante varias horas. Recuerda que es mejor ir al atardecer para evitar las multitudes y disfrutar de un ambiente más tranquilo.
Las aguas termales no solo son una forma de relajación, sino que también son consideradas por muchos como terapéuticas. La mineralización del agua puede ayudar a aliviar dolores musculares y mejorar la circulación. Además, es una excelente oportunidad para interactuar con otros viajeros y compartir experiencias sobre tu aventura en Perú.
Si estás en el Valle Sagrado, también puedes visitar las aguas termales de Ollantaytambo, que ofrecen un entorno menos concurrido y un ambiente más auténtico. En ambos lugares, asegúrate de llevar suficiente agua y snacks, ya que pasarás un tiempo considerable en las instalaciones.
Al final del día, las aguas termales son un excelente complemento a tu experiencia en Machu Picchu y el Valle Sagrado. Ya sea que busques relajarte o curarte después de un día de exploración, estas maravillas naturales no te decepcionarán.
