Al visitar Perú, especialmente lugares icónicos como Machu Picchu, es fundamental adoptar prácticas que minimicen nuestro impacto ambiental. En primer lugar, es recomendable usar transporte sostenible siempre que sea posible. Opta por autobuses o trenes que reduzcan la huella de carbono en lugar de alquilar vehículos privados.
Además, durante tu estancia en Cusco y el Valle Sagrado, procura caminar o andar en bicicleta para explorar las áreas locales. Esto no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también te permite apreciar mejor la cultura y los paisajes peruanos.
Recuerda llevar contigo una botella reutilizable para evitar el uso de plásticos desechables. Muchas zonas turísticas, incluyendo Machu Picchu, cuentan con estaciones de llenado de agua potable.
Al comprar souvenirs, elige productos ecológicos y locales que apoyen a la economía de la comunidad y que no dañen el medio ambiente. Evita objetos que contengan materiales de fauna silvestre o flora en peligro de extinción.
Además, es crucial respetar las normas de conservación en los sitios arqueológicos. Mantente en los senderos marcados y no recojas rocas ni plantas, ya que esto ayuda a preservar la biodiversidad.
Practicar el principio de dejar no rastro es esencial. Esto implica llevar de vuelta toda la basura que generes y asegurarte de que no dejas nada detrás que pueda afectar el entorno natural.
Finalmente, informarte sobre las costumbres locales y participar en actividades de turismo responsable puede enriquecer tu experiencia y contribuir a la sostenibilidad de la región. Al hacerlo, no solo disfrutas de tu viaje, sino que también proteges este magnífico patrimonio para las futuras generaciones.