Machu Picchu es un destino impresionante, especialmente durante la temporada de lluvias que va de noviembre a marzo. Aunque algunos pueden preocuparse por las lluvias, este período ofrece oportunidades únicas para la fotografía. En primer lugar, es fundamental llevar un impermeable y una fundas para la cámara para proteger tu equipo de la humedad. Las lluvias suelen ser intermitentes, así que aprovecha los momentos de sol para capturar imágenes impresionantes.
La niebla que cubre las ruinas crea un ambiente místico. Intenta fotografiar Machu Picchu a primera hora de la mañana, cuando la luz es suave y la neblina puede añadir un toque especial a tus fotos. Además, considera utilizar un tripode para asegurar la estabilidad de tus tomas, especialmente en condiciones de poca luz.
Es aconsejable llevar un filtro polarizador para reducir el reflejo y mejorar el contraste en tus imágenes. También, no olvides capturar la flora local que florece durante la temporada de lluvias, como las orquídeas y otras plantas nativas que aportan color a tus fotos. Recuerda que la paciencia es clave; espera el momento perfecto para hacer la toma.
Por último, respeta las reglas del lugar, evitando el uso de drones, ya que su uso está restringido en este sitio arqueológico. Tomar fotos en Machu Picchu es una experiencia única, y con estos consejos podrás capturar la esencia de este lugar mágico, incluso bajo la lluvia.
