Cuando se trata de viajar a Perú con un presupuesto limitado, mayo y junio se destacan como los meses que ofrecen el mejor valor para los viajeros. Durante estos meses, la temporada alta de turismo aún no ha comenzado, lo que significa que hay menos multitudes en Machu Picchu y en Cusco. Esto permite disfrutar de las impresionantes vistas de la ciudadela inca sin la congestión habitual.
Además, los precios de los alojamientos tienden a ser más bajos en comparación con los meses pico de julio y agosto. En mayo y junio, muchas hosterías y hospedajes ofrecen descuentos, lo que es ideal para quienes buscan ahorrar.
Otro aspecto a considerar es el clima. Durante estos meses, la temporada de lluvias ha terminado, lo que significa cielos más despejados y temperaturas agradables para explorar. Las lluvias son menos frecuentes, lo que facilita las caminatas por los senderos del Valle Sagrado y la visita a las ruinas incas.
Un consejo práctico es reservar con antelación. Aunque hay menos turistas, los boletos para Machu Picchu se agotan rápidamente, especialmente los que incluyen el acceso a Huayna Picchu. Asegúrate de planificar tu visita con tiempo para asegurar tu entrada.
Además, probar la gastronomía local puede ser más asequible en estos meses, ya que muchos mercados y restaurantes ofrecen platos típicos a precios razonables. No te pierdas la oportunidad de degustar un ceviche fresco o un lomo saltado en un restaurante local.
Participar en actividades culturales, como talleres de tejido o clases de cocina, también suele ser más accesible en mayo y junio. Esto no solo enriquece tu experiencia, sino que también apoya a la economía local.
Finalmente, considera utilizar el transporte público o servicios de transporte compartido para moverte entre Cusco y el Valle Sagrado. Esto no solo es más económico, sino que también te permite conocer a otros viajeros y compartir experiencias.