La temporada de lluvias en Perú, especialmente en la región de Machu Picchu y el Valle Sagrado, se extiende de noviembre a marzo. Durante estos meses, las precipitaciones son más frecuentes, lo que puede afectar tanto a los senderos como a las actividades al aire libre. Sin embargo, visitar Machu Picchu durante la temporada de lluvias tiene sus propias ventajas. Primero, menos turistas significa una experiencia más tranquila y personal en uno de los sitios arqueológicos más impresionantes del mundo.
Las lluvias suelen ser intermitentes, con días soleados intercalados. Si bien es cierto que el clima puede ser impredecible, es recomendable llevar ropa adecuada, como chaquetas impermeables y calzado resistente al agua. Segundo, los paisajes en esta época son extraordinarios; las montañas están cubiertas de un verde vibrante, y las cascadas suelen estar en su máximo esplendor.
Recuerda que las lluvias son más intensas en enero y febrero, así que si prefieres evitar el agua, considera visitar en noviembre o marzo. Sin embargo, si decides viajar en pleno invierno, asegúrate de estar preparado y ser flexible con tus planes. Los caminos pueden presentar deslizamientos, así que siempre consulta las condiciones antes de hacer una caminata.
Además, la temporada de lluvias es un momento ideal para disfrutar de la cultura local. Muchos festivales y celebraciones se llevan a cabo en esta época, ofreciendo a los visitantes una oportunidad única para sumergirse en la vida peruana. Por último, no olvides probar la deliciosa gastronomía de la región; los platos calientes son perfectos para disfrutar después de un día de exploración bajo la lluvia.
