Una ciudad perdida tallada en barro

Justo a las afueras de Trujillo, en la costa norte del Perú, se encuentra Chan Chan, la ciudad de adobe más grande de las Américas y antigua capital del reino Chimú. Desde alrededor del año 850 d. C. hasta su conquista por los incas a finales del siglo XV, Chan Chan floreció como un centro de riqueza y poder, abarcando 20 kilómetros cuadrados con un denso núcleo de complejos palaciegos. Los chimú fueron maestros constructores que transformaron la arcilla del desierto en muros laberínticos decorados con relieves de peces, olas y aves marinas, símbolos de su íntima relación con el océano Pacífico.

Historia y diseño urbano

La ciudad se organizaba en nueve ciudadelas, o palacios amurallados, cada una probablemente construida para un gobernante y su corte. Dentro de estos recintos de adobe había plazas ceremoniales, salas administrativas, depósitos, cámaras funerarias y reservorios. Fuera de los palacios se ubicaban talleres de artesanos que elaboraban finas piezas de metal, textiles y cerámica. La ingeniería hidráulica de Chan Chan capturaba las crecidas estacionales y canalizaba el agua a través de canales, demostrando una gestión de recursos sofisticada en un entorno árido. Cuando los incas incorporaron a los chimú hacia 1470, se apropiaron de la riqueza de la ciudad pero dejaron gran parte de la infraestructura intacta. Siglos de tormentas de El Niño y de saqueo, sin embargo, han erosionado los muros de adobe, por lo que la preservación es urgente.

Lo más destacado para explorar

  • Complejo Tschudi: El único palacio actualmente abierto al público presenta muros, patios y rampas ceremoniales restaurados. Admira frisos que representan pelícanos, peces y patrones geométricos mientras imaginas procesiones reales atravesándolo.
  • Museo de Sitio: Ubicado cerca de la entrada, el museo exhibe piezas recuperadas de excavaciones, como cuchillos de cobre, ornamentos de oro y textiles intrincados. Las exposiciones explican la organización social chimú y su cosmovisión.
  • Otros sitios cercanos: Combina tu visita con las huacas (pirámides) de la cultura Moche: Huaca de la Luna y Huaca del Sol presentan murales y relieves policromos. La localidad costera de Huanchaco ofrece paseos en caballitos de totora y cevicherías.

Consejos de visita y conservación

Las frágiles paredes de Chan Chan son susceptibles a la lluvia y al contacto humano. Para proteger el sitio, sigue estas pautas:

  • Permanece en los senderos señalizados y evita tocar el adobe: se desmorona con facilidad.
  • Contrata un guía certificado para profundizar y asegurar una visita responsable.
  • Usa sombrero y protector solar; el sol del desierto costero puede ser intenso pese a las brisas frescas.
  • Lleva agua, pero desecha los residuos adecuadamente: hay pocas instalaciones en el sitio.
Desafíos de conservación

Chan Chan está en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO. Los eventos de El Niño traen lluvias torrenciales que erosionan el adobe, mientras que el saqueo y el avance urbano amenazan las estructuras restantes. Los proyectos de conservación en curso incluyen techos protectores, sistemas de drenaje y educación comunitaria. Tu entrada apoya estos esfuerzos, y tu comportamiento responsable ayuda a asegurar la supervivencia de la ciudad.

Respeta a las comunidades locales

Muchos residentes de los pueblos cercanos tienen lazos ancestrales con Chan Chan. Comprar artesanías hechas a mano, comer en restaurantes locales y contratar guías locales contribuye a medios de vida sostenibles. Evita comprar antigüedades o recuerdos de procedencia dudosa; los objetos saqueados alimentan un mercado negro que socava el patrimonio cultural.

Información práctica

Chan Chan es de fácil acceso desde Trujillo en taxi o minibús público (colectivo) en unos 20 minutos. Combina la visita con la Huaca de la Luna, la playa de Huanchaco y el centro colonial de Trujillo para un día cultural completo. El sitio abre a diario; llega temprano para evitar el calor y las multitudes. La entrada incluye acceso al palacio Tschudi y al museo. Un sombrero, agua y calzado cómodo para caminar son esenciales. Las visitas guiadas duran entre una y dos horas. Recuerda que la fotografía con flash está prohibida dentro de los palacios para proteger los delicados relieves.

Caminar entre los muros ocres de Chan Chan ofrece un vistazo a una civilización cuya brillantez solo rivaliza con su impermanencia. Los patrones de olas y peces grabados en el adobe susurran sobre un pueblo que vivía en armonía con el mar. Al visitar con conciencia y apoyar la conservación, contribuyes a mantener viva su historia para las futuras generaciones.