Durante el Inca Jungle Trek, los viajeros tienen la oportunidad de experimentar una variedad de alojamientos en su camino hacia Machu Picchu. La primera noche, generalmente se pasa en hostales locales en el pequeño pueblo de Santa María, donde los visitantes pueden disfrutar de la calidez de la cultura peruana. Estos hostales suelen ser sencillos pero acogedores, ofreciendo habitaciones compartidas y privadas.
La segunda noche se suele pasar en Santa Teresa, donde hay opciones de alojamiento que van desde cabañas hasta hoteles familiares. Aquí, los turistas pueden disfrutar de un ambiente más relajado, rodeado de naturaleza exuberante y montañas. Muchos de estos lugares cuentan con piscinas y áreas comunes, ideales para socializar con otros viajeros.
Es importante tener en cuenta que la calidad del alojamiento puede variar, así que se recomienda consultar las opiniones de otros viajeros. Además, es aconsejable llevar un saco de dormir, ya que algunas de las cabañas y hostales pueden no proporcionar ropa de cama adecuada.
Asimismo, es recomendable probar la comida local en los restaurantes cercanos, que ofrecen platillos típicos como el pollo a la brasa y la ceviche. Esto no solo te permitirá conocer la gastronomía peruana, sino que también contribuirás a la economía local.
Durante el trek, los guías suelen organizar actividades de integración en los alojamientos, como noches de fogata donde se comparten historias y experiencias. Esto crea un ambiente amistoso y hace que la experiencia sea aún más enriquecedora.
Finalmente, recuerda que el Inca Jungle Trek es una aventura física, así que asegúrate de descansar bien por las noches para estar listo para la caminata del día siguiente. ¡Aprovecha al máximo tu experiencia en el camino hacia Machu Picchu!
