Cuando llegas a Lima, la capital de Perú, es importante estar preparado para el proceso de inmigración y aduanas, especialmente si planeas visitar Machu Picchu y otras maravillas del país. En general, el proceso de inmigración puede tardar entre 30 minutos y 1 hora, dependiendo de la cantidad de vuelos que lleguen al mismo tiempo y de la eficiencia del personal en el aeropuerto.
Al aterrizar, deberás presentar tu pasaporte y, en algunos casos, un formulario de declaración de aduana. Es recomendable tener todos tus documentos listos y visibles para agilizar el proceso. Los turistas no necesitan una visa para ingresar a Perú si su estancia es menor a 183 días.
Una vez que hayas pasado la inmigración, te dirigirás a la zona de aduanas. Este proceso suele ser más rápido, y generalmente solo te detendrán si tienes bienes que declarar, como productos electrónicos o artículos de lujo.
Si llevas productos que superan el límite permitido, es mejor declararlos para evitar inconvenientes. Recuerda que es ilegal ingresar a Perú con productos de origen animal o vegetal sin el permiso correspondiente.
Una vez que hayas completado ambos procesos, estarás listo para comenzar tu aventura en Perú. Desde Lima, puedes tomar un vuelo a Cusco, el punto de partida para explorar el Sagrado Valle y Machu Picchu.
Te recomendamos que, al llegar a Cusco, tomes un día para aclimatarte a la altitud. Esto te ayudará a disfrutar al máximo de tu visita a Machu Picchu, que se encuentra a 2,430 metros sobre el nivel del mar.
En resumen, aunque el proceso de inmigración y aduanas en Lima puede ser un poco largo, es un paso necesario hacia una de las experiencias más memorables de tu vida. Viajar a Perú es sumergirse en una rica cultura y un impresionante patrimonio, ¡así que prepárate para disfrutar!