Machu Picchu se ubica en la vertiente oriental de los Andes, a una altitud de aproximadamente 2,430 metros sobre el nivel del mar. Esta ubicación influye significativamente en su clima, que es templado y húmedo. Durante el día, las temperaturas suelen oscilar entre los 20°C y 25°C, mientras que por la noche pueden descender a unos 10°C.
La temporada de lluvias va de diciembre a marzo, lo que significa que si planeas visitar durante estos meses, deberías estar preparado para condiciones húmedas. Sin embargo, la lluvia también contribuye a la belleza del entorno, haciendo que la vegetación sea exuberante y vibrante.
Los meses más secos son de abril a octubre, siendo junio y julio los más populares entre los turistas, debido al clima más favorable. Si decides visitar en esta época, asegúrate de llevar ropa ligera y cómoda durante el día y algo más abrigado para las noches.
Es importante tener en cuenta que la ubicación de Machu Picchu en una zona montañosa significa que el clima puede cambiar rápidamente. Por ello, siempre es recomendable llevar una chaqueta impermeable y una sombrilla, incluso en los días soleados.
Además, la altitud puede afectar a algunos visitantes, por lo que es aconsejable aclimatarse en Cusco antes de hacer el viaje a Machu Picchu. Hidratarte bien y evitar el esfuerzo físico excesivo durante los primeros días puede ayudarte a adaptarte mejor.
Los guías locales también pueden ofrecer información valiosa sobre cómo el clima y la ubicación han influido en la historia y la cultura de la zona, así que no dudes en aprovechar sus conocimientos. En definitiva, conocer cómo influye la ubicación de Machu Picchu en su clima no solo te ayudará a prepararte mejor, sino que también enriquecerá tu experiencia al explorar esta maravilla del mundo.
