La experiencia gastronómica en Perú es tan impresionante como su paisaje, y la alta cocina cerca de Machu Picchu no es una excepción. Después de explorar las majestuosas ruinas, los visitantes pueden deleitarse con una variedad de opciones culinarias que fusionan la tradición peruana con técnicas contemporáneas. Algunos de los restaurantes más destacados se encuentran en Aguas Calientes, la ciudad más cercana a Machu Picchu.
Uno de los restaurantes más reconocidos es Indio Feliz, que ofrece un menú variado que combina ingredientes locales con influencias internacionales. Sus platos emblemáticos, como el ceviche y el lomo saltado, son altamente recomendados.
Otro lugar notable es Tree House, que se centra en la cocina orgánica y sostenible, utilizando productos frescos de la región. La atmósfera acogedora y el entorno natural hacen de este lugar una experiencia única.
Para aquellos que buscan una experiencia verdaderamente exclusiva, el Restaurante Tinkuy, ubicado en el hotel Machu Picchu Pueblo, ofrece un bufé que incluye una amplia variedad de platos peruanos en un entorno elegante. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de una vista espectacular de las montañas mientras degustan exquisiteces locales.
Es recomendable hacer reservaciones con anticipación, especialmente durante la temporada alta de turismo, que va de junio a agosto. Además, no olvides probar la famosa bebida peruana, el pisco sour, que complementa perfectamente cualquier comida.
La alta cocina en esta región no solo se trata de la comida, sino también de la experiencia cultural. Muchos restaurantes ofrecen música en vivo, lo que añade un toque especial a la cena. Además, algunos chefs están dispuestos a compartir su pasión por la cocina peruana, ofreciendo clases de cocina para los viajeros interesados.
Por último, es importante recordar que la sostenibilidad juega un papel crucial en la gastronomía de la región. Muchos restaurantes se esfuerzan por utilizar ingredientes de fuentes responsables y prácticas que respeten el medio ambiente. Esto significa que cada bocado no solo es un placer para el paladar, sino también un apoyo a la economía local.