Machu Picchu, una de las maravillas del mundo, es un destino imperdible para los amantes de la fotografía de paisajes. Capturar la majestuosidad de sus ruinas y el impresionante entorno natural requiere algunos ajustes óptimos en tu cámara. Primero, considera usar un tripode para estabilizar tu cámara, especialmente durante el amanecer o el atardecer, cuando la luz es más suave y dorada.
Para paisajes, una apertura de f/8 a f/16 es ideal, ya que permite una mayor profundidad de campo, asegurando que tanto los primeros planos como los fondos estén enfocados. Utiliza un ISO bajo (100 o 200) para minimizar el ruido en tus imágenes. Esto es especialmente importante en un lugar como Machu Picchu, donde los detalles son cruciales.
Además, experimenta con el modo de disparo en ráfaga para capturar el movimiento de las nubes o el juego de luces y sombras en las montañas. No olvides ajustar la exposición; una compensación de +1 o +2 puede ser beneficiosa para evitar sombras muy oscuras en las ruinas.
La regla de los tercios es fundamental para componer tus fotos. Asegúrate de colocar elementos clave en las intersecciones de las líneas imaginarias que dividen la imagen en tres partes. También, aprovecha la luz natural; la mejor hora para fotografiar Machu Picchu es al amanecer o al atardecer, cuando la luz es más cálida y suave.
Es importante tener en cuenta el clima. Machu Picchu puede ser nublado o lluvioso, así que usa filtros de polarización para reducir reflejos y saturar los colores. Finalmente, respeta el entorno y la cultura local; no utilices drones sin permiso y mantén el área limpia.