Viajar a Machu Picchu con la familia puede ser una experiencia enriquecedora y emocionante. Existen diversas opciones de transporte que facilitan el acceso a esta maravilla del mundo antiguo. Desde Cusco, la ciudad más cercana a Machu Picchu, las familias pueden optar por varias alternativas. La opción más popular es tomar el tren a Machu Picchu, que ofrece un viaje panorámico a través del Sagrado Valle. Las compañías Inca Rail y PeruRail ofrecen servicios cómodos y seguros, con varias categorías de asientos para adaptarse a distintos presupuestos.
Otra opción es realizar una caminata por el famoso Camino Inca, aunque esta alternativa requiere una buena condición física y generalmente no es recomendada para familias con niños pequeños. Para quienes prefieren un enfoque más fácil, el bus desde Aguas Calientes hasta la entrada de Machu Picchu es muy conveniente y dura aproximadamente 30 minutos.
También es importante considerar el tiempo de viaje. Desde Cusco, el tren toma alrededor de 3 a 4 horas, lo que da tiempo suficiente para disfrutar de las vistas. Recomendamos comprar los boletos con anticipación, especialmente durante la temporada alta, para asegurar disponibilidad. Las familias pueden disfrutar de un almuerzo en Aguas Calientes antes de visitar el sitio arqueológico, donde hay varios restaurantes que ofrecen menús variados.
Además, es esencial tener en cuenta la altitud, ya que Machu Picchu se encuentra a 2,430 metros sobre el nivel del mar. Asegúrate de que todos los miembros de la familia estén aclimatados antes de la visita. También es aconsejable llevar agua y snacks para el recorrido. Para aquellos que buscan una experiencia más cultural, hay guías locales disponibles que ofrecen recorridos informativos sobre la historia y la cultura inca. Finalmente, recuerda que la cámara es esencial, ya que querrás capturar los impresionantes paisajes y la arquitectura de Machu Picchu.
