Durante los meses de verano en Perú, que abarcan de diciembre a marzo, los viajeros pueden disfrutar de una amplia gama de actividades que destacan la belleza natural y cultural del país. Una de las principales atracciones es Machu Picchu, donde el clima es más cálido y las lluvias son ocasionales. Es recomendable visitar el sitio temprano en la mañana para evitar las multitudes y disfrutar de un amanecer espectacular sobre las ruinas. Senderismo es otra actividad popular; el Camino Inca es especialmente atractivo en esta época, aunque es importante reservar con antelación, ya que los espacios son limitados.
En la Ciudad de Cusco, los festivales culturales son comunes en verano. Uno de los eventos más destacados es el Inti Raymi o Festival del Sol, que se celebra el 24 de junio, pero hay actividades culturales y ferias todos los meses. Explorar el Valle Sagrado es otra opción fascinante, donde los viajeros pueden visitar pueblos tradicionales como Pisac y Ollantaytambo, conocidos por sus mercados de artesanías y ruinas incas.
Las excursiones en bicicleta son populares en la región, permitiendo a los visitantes disfrutar de la hermosa paisajística de los Andes. La gastronomía peruana también es un aspecto clave, y el verano es un buen momento para probar platos frescos como el ceviche en restaurantes locales. Además, el clima cálido permite disfrutar de actividades al aire libre como rafting y paseos a caballo.
Para aquellos que buscan una experiencia más relajante, las termas de Aguas Calientes ofrecen un lugar perfecto para descansar después de un día de exploración. No olvides llevar bloqueador solar y ropa ligera, ya que las temperaturas pueden variar durante el día. Finalmente, es aconsejable aprender algunas frases en quechua, la lengua indígena, para enriquecer tu experiencia y conectar con los locales.
