Cuando visitas la impresionante región de Machu Picchu, no solo te maravillas con la arquitectura inca, sino que también tienes la oportunidad de observar una variedad de especies endémicas que habitan este ecosistema único. La biodiversidad en esta área es asombrosa, gracias a su ubicación en la vertiente oriental de los Andes, donde se encuentran distintos microclimas que albergan flora y fauna variada.
Una de las especies más icónicas que puedes esperar ver es el cóndor andino, que, con su enorme envergadura, se desliza majestuosamente por los cielos. También es posible observar al vicuña, un pariente de la alpaca que vive en las altas montañas y es conocido por su lana extremadamente fina. Si tienes suerte, podrías incluso ver al pectoral de anteojos, un ave colorida que es un verdadero tesoro para los observadores de aves.
La región es también hogar de diversas especies de orquídeas, lo que la convierte en un destino ideal para los amantes de las plantas. Al explorar los senderos alrededor de Machu Picchu, mantén los ojos bien abiertos para detectar el flor de la pasionaria, una especie vibrante que florece en la selva tropical.
Si eres un entusiasta de la naturaleza, considera realizar una caminata guiada a través de la Reserva de Biosfera de Manu, donde podrás observar muchas de estas especies en su hábitat natural. Es recomendable llevar binoculares y una cámara con un buen zoom para capturar esos momentos especiales.
No olvides respetar el entorno natural y seguir las indicaciones de los guías locales, quienes tienen un profundo conocimiento sobre la flora y fauna de la región. Además, considera visitar durante la temporada seca (de mayo a octubre) para disfrutar de un clima más favorable y una mejor visibilidad.
En resumen, la región de Machu Picchu no solo ofrece maravillas arquitectónicas, sino también una rica biodiversidad que vale la pena explorar. Así que prepara tus botas de senderismo y vive una experiencia inolvidable rodeado de la naturaleza.
