La altitud de Machu Picchu es de aproximadamente 2,430 metros sobre el nivel del mar, lo que la convierte en un sitio arqueológico bastante elevado, pero inferior a la altitud de Cusco, que se encuentra a unos 3,400 metros. Este contraste en la altitud tiene implicaciones importantes para los viajeros que planean visitar estas maravillas de Perú.
Por ejemplo, la ciudad de Cusco es conocida por ser la capital histórica del Imperio Inca y, debido a su elevada altitud, muchos visitantes pueden experimentar el famoso mal de altura o soroche. Para reducir el riesgo de malestares, es aconsejable aclimatarse en Cusco durante al menos un par de días antes de dirigirse a Machu Picchu.
En contraste, el Valle Sagrado de los Incas, que se sitúa entre Cusco y Machu Picchu, tiene una altitud que varía entre 2,800 y 3,000 metros. Este valle es un lugar ideal para aclimatarse, ya que ofrece hermosos paisajes y pueblos tradicionales como Pisac y Ollantaytambo.
Al visitar Machu Picchu, es crucial considerar el transporte. La mayoría de los turistas optan por tomar el tren desde Cusco a Aguas Calientes, la ciudad más cercana al sitio arqueológico. Desde Aguas Calientes, se puede tomar un autobús que sube a Machu Picchu, lo que facilita el acceso.
Al llegar a Machu Picchu, los visitantes pueden disfrutar de impresionantes vistas y aprender sobre la cultura inca. Se recomienda llevar agua y snacks, ya que las opciones dentro del sitio son limitadas. Además, es importante tener en cuenta que la entrada a Machu Picchu es limitada y se recomienda comprar los boletos con anticipación.
Finalmente, no olvides considerar la mejor época para visitar. La temporada seca, entre mayo y septiembre, es ideal, aunque también es la más concurrida. Planifica tu viaje con anticipación y disfruta de la magia de Machu Picchu y su entorno.