Machu Picchu, una de las maravillas del mundo moderno, atrae a millones de visitantes cada año. Sin embargo, para preservar su integridad y belleza, las autoridades han establecido límites de capacidad para el acceso de los turistas.
Actualmente, se permite la entrada de aproximadamente 4,000 visitantes diarios, lo que incluye tanto a los que recorren las rutas de senderismo como a los que llegan en tren. Esta regulación es vital para proteger las ruinas y el entorno natural que rodea a este sitio sagrado.
Los límites de capacidad afectan directamente el acceso de los visitantes, ya que es esencial reservar las entradas con anticipación. Especialmente durante la temporada alta, que va de mayo a octubre, las entradas pueden agotarse rápidamente. Por este motivo, se recomienda comprar los boletos con al menos dos meses de anticipación.
Además, existe un horario de ingreso dividido en franjas horarias. Los visitantes deben seleccionar un horario específico al momento de comprar sus boletos, lo que ayuda a dispersar la afluencia de turistas a lo largo del día.
Para mejorar la experiencia, se aconseja realizar la visita en la mañana temprano, cuando el clima es más fresco y menos concurrido. También es importante llevar agua, protector solar y ropa cómoda, ya que el recorrido puede ser exigente.
Por otro lado, los guias turísticos son una excelente opción para enriquecer la visita con información cultural y de historia. Muchos de ellos son nativos de la región y pueden compartir anécdotas fascinantes sobre la antigua civilización Inca.
Además, se permite la entrada a Machu Picchu con un máximo de 2 horas para los que optan por subir al Huayna Picchu o la montaña Machu Picchu, lo que añade otra capa de planificación al viaje.
Por último, es crucial seguir las normas de conservación y respetar los espacios designados para asegurar que Machu Picchu continúe siendo un lugar mágico para las futuras generaciones.
