Fotografiar Machu Picchu es una experiencia inolvidable, pero las condiciones climáticas cambiantes pueden ser un desafío. La ubicación de Machu Picchu, a más de 2,400 metros sobre el nivel del mar, significa que el clima puede variar de manera significativa a lo largo del día. Por la mañana, es común encontrar niebla que cubre las ruinas, lo que puede dificultar las fotos. Sin embargo, esta niebla puede añadir un efecto místico a tus imágenes.
Para manejar eficazmente estas condiciones, es recomendable levantarse temprano y estar preparado para esperar a que se disipen las nubes. A medida que avanza el día, el sol puede aparecer, iluminando las piedras antiguas y creando sombras dramáticas. Lleva contigo un trípode para estabilizar tu cámara en condiciones de poca luz, especialmente durante las primeras horas del día.
Además, considera usar filtros polarizadores para reducir el deslumbramiento y aumentar la saturación de los colores. La temporada de lluvias, que va de noviembre a marzo, puede traer aguaceros repentinos, así que es esencial tener una cobertura impermeable para tu equipo fotográfico.
No olvides explorar diferentes ángulos y perspectivas. Desde la Puerta del Sol, puedes obtener una vista panorámica espectacular de Machu Picchu. También es útil llevar una chaqueta ligera y capas de ropa, ya que las temperaturas pueden variar considerablemente durante el día.
Finalmente, respetar el entorno y seguir las normas locales es fundamental. No uses drones sin permiso, ya que esto está prohibido en el área. Con un poco de preparación y paciencia, podrás capturar la esencia de Machu Picchu en toda su gloria.