Proteger tu equipo fotográfico en Machu Picchu es crucial, dado que las condiciones climáticas pueden ser impredecibles. Esta antigua ciudad inca se encuentra en una región montañosa donde la lluvia y la neblina son comunes, especialmente durante la temporada de lluvias, que va de noviembre a marzo. Para asegurar que tu cámara y accesorios estén a salvo, es recomendable llevar una fundas impermeables o bolsas de protección. Estas opciones ayudan a mantener tu equipo seco en caso de lluvias repentinas.
Además, considera invertir en un filtro UV para la lente de tu cámara. Este filtro no solo protege la lente de arañazos, sino que también puede ayudar a reducir la neblina causada por la humedad. Asegúrate de que tu equipo esté bien asegurado y en un mochila acolchada que sea resistente al agua.
Durante tus exploraciones, evita cambiar el objetivo de tu cámara en exteriores, ya que esto puede aumentar el riesgo de que entre humedad o suciedad. Si es posible, opta por un objetivo versátil que te permita capturar tanto paisajes como retratos sin necesidad de cambiarlo. Además, tener un paño de microfibra a mano te ayudará a limpiar la lente de cualquier condensación o agua.
No olvides llevar baterías extras y asegurarte de que estén bien selladas en un compartimento seco. La humedad puede afectar la duración de las baterías, así que es mejor estar preparado. Por último, siempre que sea posible, mantén tu equipo en un lugar cubierto cuando no lo estés utilizando, como bajo un árbol o en una zona techada.
Al final del día, recuerda disfrutar de la experiencia y no te preocupes demasiado por tu equipo. Machu Picchu es un lugar mágico que merece ser vivido, así que captura esos momentos, pero también sumérgete en la cultura y la historia que te rodea.