Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, es un destino que combina historia, cultura y belleza natural. Ubicada a 3,400 metros sobre el nivel del mar, esta ciudad es el punto de partida ideal para explorar Machu Picchu y el Valle Sagrado.
Al llegar, asegúrate de aclimatarte a la altitud para evitar el mal de altura. Tómate un tiempo para disfrutar de un mate de coca, una bebida tradicional que ayuda con la adaptación. Pasea por las calles empedradas y admira la arquitectura colonial que se entrelaza con ruinas incas, como el Qorikancha, el antiguo templo del sol.
La Plaza de Armas es el corazón de Cusco, donde puedes encontrar restaurantes, tiendas y la impresionante Catedral de Cusco. No te olvides de probar la gastronomía local, que incluye platos como el cuy chactado y el ceviche.
Desde Cusco, puedes tomar un tren hacia Machu Picchu, una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Se recomienda comprar los boletos con anticipación, especialmente durante la temporada alta. Alternativamente, los amantes del trekking pueden optar por el Caminito Inca, una ruta que ofrece vistas espectaculares y un contacto profundo con la cultura inca.
Además de Machu Picchu, el Valle Sagrado ofrece una serie de pueblos pintorescos como Ollantaytambo y Pisac, donde puedes explorar mercados locales y ruinas incas. No olvides visitar el Mercado de San Pedro en Cusco, donde puedes comprar artesanías y souvenirs únicos.
Recuerda también que la mejor época para visitar Cusco es durante la estación seca, de mayo a septiembre. Sin embargo, cada estación tiene su encanto, así que planifica según tus preferencias. Por último, siempre respeta las costumbres locales y mantén el ambiente limpio.
