Cuando se trata de hacer trekking hacia Machu Picchu, dos de las rutas más populares son el Salkantay y el Camino Inca. Cada una ofrece una experiencia única y desafiante para los aventureros que desean explorar la majestuosidad de los Andes peruanos.
El Camino Inca, que tiene una longitud de aproximadamente 43 kilómetros, es famoso por su historia y su conexión directa con la civilización inca. Este sendero requiere un permiso que debe ser reservado con anticipación, ya que está limitado a un número específico de trekkers por día. Durante el trayecto, los visitantes pueden observar ruinas arqueológicas impresionantes y disfrutar de vistas espectaculares de las montañas.
Por otro lado, el Salkantay es una alternativa más reciente y menos concurrida, con una longitud de 74 kilómetros. Este trekking es ideal para aquellos que buscan un contacto más íntimo con la naturaleza, ya que atraviesa diversos ecosistemas, desde glaciares hasta selvas. A diferencia del Camino Inca, no se necesita un permiso especial, lo que lo hace más accesible para los viajeros que prefieren tomar decisiones de último minuto.
Ambas rutas culminan en Machu Picchu, pero el Salkantay ofrece la oportunidad de ver el majestuoso nevado Salkantay, uno de los picos más altos de la región. Además, el Salkantay tiende a ser menos turístico, lo que permite una experiencia más tranquila y auténtica.
Es importante estar preparado físicamente para cualquiera de las rutas, ya que la altitud y el terreno pueden ser desafiantes. Se recomienda aclimatarse en Cusco antes de comenzar el trekking, así como llevar un buen equipo de trekking y suficiente agua y snacks.
En resumen, si buscas historia y cultura, el Camino Inca es la mejor opción. Si prefieres paisajes naturales y menos multitudes, el Salkantay te sorprenderá. Ambas rutas son mágicas y ofrecen una experiencia inolvidable hacia la maravilla de Machu Picchu.