Viajar directamente desde el nivel del mar a Machu Picchu puede parecer una aventura emocionante, pero es importante tener en cuenta el riesgo de sufrir mal de altura. La ciudadela inca se encuentra a una altitud de 2,430 metros sobre el nivel del mar, mientras que muchas áreas costeras de Perú están al nivel del mar. Para evitar el mal de altura, es recomendable hacer una parada en Cusco, que se encuentra a aproximadamente 3,400 metros de altitud, antes de continuar hacia Machu Picchu.
Cusco es un lugar fascinante donde puedes aclimatarte y disfrutar de su rica cultura e historia. Al pasar un par de días en esta ciudad, te permitirás adaptarte gradualmente a la altitud. Es recomendable beber mucha agua y consumir bebidas como la infusión de hojas de coca, que ayuda a mitigar los síntomas del mal de altura.
Además, puedes explorar los alrededores de Cusco, como el Valle Sagrado, que está lleno de impresionantes paisajes y sitios arqueológicos. Tomar un tren desde Cusco o Ollantaytambo hasta Aguas Calientes, la puerta de entrada a Machu Picchu, es una opción popular y confortable. Este trayecto ofrece vistas espectaculares de montañas y ríos, lo que hace que el viaje sea verdaderamente memorable.
Al llegar a Aguas Calientes, puedes pasar la noche para estar fresco y listo para tu visita a Machu Picchu al día siguiente. Recuerda comprar tus entradas con anticipación, ya que la cantidad de visitantes es limitada y pueden agotarse rápidamente. Es recomendable visitar Machu Picchu temprano por la mañana para evitar las multitudes y disfrutar de la magia del lugar en calma.
Si deseas evitar el mal de altura, es fundamental escuchar a tu cuerpo. Si sientes mareos o náuseas, es mejor descansar. En resumen, aunque puedes viajar directamente desde el nivel del mar, hacer una parada en Cusco no solo es seguro, sino que también enriquecerá tu experiencia cultural en Perú.