Los osos de anteojos, conocidos como tremarctos ornatus, son una especie emblemática de los Andes y se pueden encontrar en las regiones montañosas de Perú, especialmente cerca de Machu Picchu y el Valle Sagrado. Estas criaturas fascinantes suelen habitar en altitudes que varían entre los 2,500 y 4,800 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, durante la temporada de lluvias, que se extiende de noviembre a marzo, es común que los osos de anteojos desciendan a altitudes más bajas en busca de alimento y refugio. Este fenómeno puede ofrecer a los turistas una oportunidad única para observar a estos animales en su hábitat natural, aunque avistarlos no es garantizado.
Los meses de enero y febrero son particularmente buenos para ver a los osos en las áreas más bajas, ya que las lluvias traen abundancia de frutas y vegetación. Si planeas visitar Machu Picchu durante esta época, asegúrate de explorar también las zonas de bosque nuboso y las laderas más bajas del Valle Sagrado.
Además de su importancia ecológica, los osos de anteojos tienen un lugar especial en la cultura andina, simbolizando la conexión espiritual entre la naturaleza y los pueblos indígenas. Los guías locales a menudo comparten leyendas sobre estos animales, lo que añade un valor cultural a la experiencia de avistamiento.
Es recomendable llevar binoculares y una cámara con un buen zoom para capturar a estos majestuosos animales desde lejos, sin perturbar su entorno. También, considera unirte a un tour guiado que ofrezca la posibilidad de ver la fauna local, lo que puede aumentar tus posibilidades de avistar a los osos de anteojos.
No olvides llevar ropa adecuada para el clima cambiante de la región andina y siempre respeta las indicaciones de los guías para proteger tanto tu seguridad como la de los osos.