Cuando se habla de viajar a Perú y, en particular, a Machu Picchu, es esencial considerar las diferencias entre la temporada seca y la temporada lluviosa.
La temporada seca va de mayo a octubre, y es conocida por sus cielos despejados y temperaturas agradables. Es el momento más popular para visitar Machu Picchu, ya que las condiciones climáticas son ideales para el senderismo y la exploración.
Durante estos meses, las temperaturas diurnas en Cusco rondan los 20°C, pero las noches pueden ser frescas, así que es recomendable llevar ropa adecuada. Es importante reservar con anticipación, ya que los alojamientos y las entradas a Machu Picchu suelen llenarse rápidamente.
Por otro lado, la temporada lluviosa se extiende de noviembre a abril, con picos de lluvias en enero y febrero. Aunque las precipitaciones pueden hacer que algunas rutas sean más complicadas, la vegetación se vuelve exuberante y el paisaje es espectacular. Además, hay menos turistas, lo que permite disfrutar de Machu Picchu con mayor tranquilidad.
Uno de los aspectos culturales interesantes durante la temporada lluviosa es el Festival de la Cosecha, que se celebra en enero y febrero en varias comunidades andinas. Este evento es una gran oportunidad para experimentar la cultura local, con danzas, música y comidas típicas.
Si decides visitar durante la temporada lluviosa, asegúrate de llevar un buen impermeable y calzado adecuado para el barro. La lluvia también puede afectar la visibilidad en la montaña, así que planifica tus visitas con flexibilidad.
En resumen, tanto la temporada seca como la lluviosa tienen sus ventajas y desventajas. La elección de cuándo visitar Machu Picchu dependerá de tus preferencias personales y de lo que busques en tu experiencia de viaje. ¡Prepárate para admirar una de las maravillas del mundo, sin importar cuándo decidas ir!
