Lima, la capital de Perú, es un punto de partida esencial para cualquier viajero que desee explorar Machu Picchu y sus alrededores. Con una mezcla vibrante de historia, gastronomía y cultura, Lima ofrece una experiencia única antes de aventurarse a las alturas de los Andes. La ciudad cuenta con un encantador centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se pueden visitar la Plaza Mayor, la catedral y el Palacio de Gobierno.
Antes de dirigirse a Machu Picchu, es recomendable pasar al menos un par de días en Lima para aclimatarse y disfrutar de su famosa gastronomía. Restaurantes como Central y Maido han sido reconocidos entre los mejores del mundo. Además, no te pierdas la oportunidad de probar el ceviche, un plato típico que refleja la rica herencia culinaria del país.
Desde Lima, los turistas pueden tomar un vuelo a Cusco, que es la puerta de entrada a la Ciudadela Inca. Alternativamente, se puede llegar a Cusco en autobús, aunque el viaje es más largo. Al llegar a Cusco, es esencial adaptarse a la altitud, así que se recomienda descansar y tomar infusiones de hojas de coca.
Una vez en Cusco, los viajeros pueden optar por tomar un tren hacia Aguas Calientes, el pueblo más cercano a Machu Picchu. Hay diferentes opciones de tren, desde el servicio económico hasta el lujoso. Es vital comprar los boletos con anticipación, especialmente durante la temporada alta.
Además, al visitar Machu Picchu, considera contratar a un guía turístico para obtener una comprensión más profunda de la historia y la cultura del lugar. No olvides llevar ropa cómoda, protector solar y suficiente agua, ya que las caminatas pueden ser desafiantes pero gratificantes.
Finalmente, recuerda que la entrada a Machu Picchu está limitada por el número de visitantes, así que asegúrate de planificar tu visita con anticipación. Disfrutar de la majestuosidad de esta antigua ciudad inca es una experiencia que quedará grabada en tu memoria para siempre.
