Viajar a Perú, y especialmente a Machu Picchu, es una experiencia única que puede ser accesible para personas en silla de ruedas. Machu Picchu, una de las maravillas del mundo, se encuentra a una altitud de 2,430 metros sobre el nivel del mar y es conocido por sus impresionantes ruinas incas. Sin embargo, la accesibilidad puede ser un desafío debido a la topografía montañosa y los caminos empedrados.
Para aquellos que utilizan silla de ruedas, se recomienda planificar con anticipación. La mejor opción es tomar el tren desde Cusco hasta Aguas Calientes, que ofrece un servicio accesible. Desde Aguas Calientes, se puede tomar un autobús que lleva a los visitantes a la entrada de Machu Picchu. Es importante tener en cuenta que, aunque hay un camino accesible en autobús, las ruinas mismas no están completamente adaptadas para sillas de ruedas.
Además, es aconsejable contar con un acompañante que pueda ayudar en caso de que se necesite asistencia. En Aguas Calientes, hay hoteles y restaurantes que ofrecen accesibilidad adecuada. Al elegir un lugar para hospedarse, es recomendable verificar las instalaciones y servicios para personas con discapacidad.
En Cusco y el Sagrado Valle, algunos lugares también son accesibles. Existen tours que se especializan en ofrecer experiencias inclusivas, permitiendo a los turistas disfrutar de la rica historia y cultura peruana. Un ejemplo es el Valle Sagrado, donde se pueden encontrar ruinas como Ollantaytambo, que cuentan con acceso para sillas de ruedas en algunas áreas.
Finalmente, es esencial tener en cuenta la altitud y aclimatarse adecuadamente para evitar el mal de altura. Asegúrate de llevar contigo medicación si es necesario y mantenerse bien hidratado durante el viaje. Viajar a Perú en silla de ruedas puede representar un reto, pero con la planificación adecuada, es completamente posible disfrutar de todo lo que este hermoso país tiene para ofrecer.