La altitud en Perú, especialmente en lugares como Cusco y Machu Picchu, puede ser un desafío para los viajeros mayores. La ciudad de Cusco se encuentra a aproximadamente 3,400 metros sobre el nivel del mar, y Machu Picchu a unos 2,430 metros. Para ayudar a los seniors a aclimatarse a esta altitud, hay varios consejos prácticos que se pueden seguir.
Primero, es esencial permitir tiempo para aclimatarse. Los viajeros deben considerar llegar a Cusco al menos un par de días antes de dirigirse a Machu Picchu. Esto les dará la oportunidad de adaptarse gradualmente a la altitud. Durante este tiempo, es recomendable mantenerse hidratado; beber mucha agua puede ayudar a mitigar los efectos de la altitud.
Además, se sugiere evitar el alcohol y las comidas pesadas en los primeros días, ya que pueden aumentar la deshidratación y la incomodidad. En su lugar, los seniors pueden optar por comidas ligeras y nutritivas que incluyan frutas y verduras frescas.
Participar en actividades suaves, como paseos cortos por la ciudad, puede facilitar la aclimatación. Escuchar a su cuerpo es crucial; si se sienten mareados o fatigados, deben descansar y buscar un lugar tranquilo.
El uso de medicamentos como el acetazolamida puede ser útil para algunas personas, pero siempre es recomendable consultar a un médico antes de viajar. También es importante conocer los síntomas del mal de altura, que pueden incluir dolor de cabeza, náuseas y fatiga.
Cuando se planifique la visita a Machu Picchu, opte por un tren que suba lentamente para facilitar la aclimatación. Muchos viajeros mayores encuentran que el viaje en tren es una opción más cómoda que caminar por el Camino Inca.
Finalmente, disfrutar de la cultura local y hablar con los lugareños puede ser una forma maravillosa de hacer que el viaje sea más enriquecedor y menos estresante. Los peruanos son amables y están dispuestos a ayudar a los visitantes a disfrutar de su experiencia.
