Machu Picchu, una de las maravillas del mundo moderno, está situada a aproximadamente 116 kilómetros al noroeste de Cusco, en Perú. Este antiguo sitio inca, que data del siglo XV, es un destino imperdible para los viajeros que buscan explorar la rica historia y cultura del Perú.
Para llegar a Machu Picchu, la forma más común es tomar un tren desde Poroy o Ollantaytambo. Ambos puntos de partida ofrecen impresionantes vistas del Sagrado Valle y de la cordillera de los Andes. El viaje en tren dura entre 1,5 a 3 horas, dependiendo de la ruta que elijas.
Una vez que llegues a Aguas Calientes, el pueblo más cercano, puedes optar por tomar un autobús que te llevará directamente a la entrada de Machu Picchu. Es recomendable adquirir tus boletos de entrada con anticipación, ya que el acceso es limitado y se llena rápidamente, especialmente en temporada alta.
La mejor época para visitar Machu Picchu es durante la estación seca, de mayo a octubre, cuando la probabilidad de lluvia es menor. Sin embargo, si buscas evitar las multitudes, considera visitar en meses como abril o noviembre.
Dentro de Machu Picchu, asegúrate de explorar sus diversas estructuras, como el Templo del Sol y la Intihuatana, una piedra ceremonial que los incas usaban para rituales astronómicos. Además, no olvides llevar suficiente agua y snacks, ya que las opciones dentro del sitio son limitadas.
Para los aventureros, hay varias rutas de trekking, como el Caminito Inca, que requieren un mayor nivel de preparación física y reserva anticipada. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena por las vistas panorámicas que ofrecen.
Recuerda respetar las normas del sitio, como no tocar las estructuras ni dejar basura. Esto ayudará a preservar este magnífico lugar para las futuras generaciones. Al final de tu visita, no te olvides de disfrutar de una buena comida local en Aguas Calientes, donde puedes probar platos típicos como el cuy chactado o la pachamanca.
