Viajar a Perú es una experiencia única que combina una rica herencia cultural, paisajes impresionantes y una gastronomía excepcional. Uno de los destinos más emblemáticos del país es Machu Picchu, la famosa ciudadela inca que atrae a millones de turistas cada año. Para llegar a Machu Picchu, la mayoría de los viajeros optan por volar a Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, que se encuentra a aproximadamente 1,200 kilómetros de Lima, la capital de Perú.
Desde Cusco, puedes tomar un tren hacia Aguas Calientes, el pueblo más cercano a Machu Picchu. Es recomendable reservar los boletos de tren con antelación, especialmente durante la temporada alta que va de mayo a septiembre. Una vez en Aguas Calientes, puedes optar por tomar un autobús que te llevará directamente a la entrada de Machu Picchu, o si te sientes aventurero, puedes hacer la caminata de subida.
Cuando visites Machu Picchu, asegúrate de llevar ropa cómoda, protector solar y suficiente agua. Los guías turísticos son altamente recomendados, ya que te ofrecerán información valiosa sobre la historia y la arquitectura del lugar. Recuerda que es fundamental respetar las normas del sitio, como no tocar las estructuras y no dejar basura.
Además de Machu Picchu, Cusco y el Valle Sagrado ofrecen una variedad de atracciones culturales y naturales. Puedes visitar mercados locales, como el de Pisac, y probar platos típicos como el ceviche, la causa y el lomo saltado. La hospitalidad de los peruanos te hará sentir bienvenido en cada rincón del país.
Finalmente, no olvides considerar la altura de Cusco, que está a más de 3,400 metros sobre el nivel del mar. Es recomendable aclimatarse adecuadamente para evitar el mal de altura. Con una planificación adecuada y una mentalidad abierta, tu viaje a Perú y Machu Picchu será una aventura inolvidable.
